Un camino de esperanza
Quién nos iba a decir que este año estrenaríamos un camino diferente…
¿Te acuerdas de aquel primer camino en el año 1980, solos tú y yo, con la osadía de dos jóvenes que no requerían más equipaje que la ilusión por conocer la Romería del Rocío? Lo pasamos mal eh? no teníamos para comer nada más que lo que buenamente nos ofrecían y para dormir, el duro suelo como colchón y de almohada las sillas de montar de los caballos que descansaban a nuestro lado.
¡Madre mía! Hace ya 40 años y que tendría aquel camino para que hoy sigamos recorriéndolo… el camino fue duro pero la recompensa muy grande, allí nació nuestra devoción a la Virgen del Rocío, allí entendimos el mensaje de Pentecostés.
Desde entonces hemos recorrido muchos caminos, Huelva, Emigrantes, Gines, Valverde, Bollullos del Condado, Moguer, Villalba y en los últimos años el camino de la Virgen, con nuestra querida Hermandad de Pozuelo, donde disfrutamos durante todo el año de la amistad de nuestros hermanos rocieros.
A nuestros años, yo diría que es más que suficiente pero, ¿por qué no probar un camino nuevo? Pues venga, volvemos a coger la ilusión del primer año y juntos, desde tu cama de la UCI, dejando volar nuestra imaginación, libre de cables, monitores y sondas, y jugando con nuestros recuerdos, iniciamos este camino oyendo los primeros compases de una de tus sevillanas favoritas, “Enséñame el camino Madre para ir a verte…”
¿Has visto cuántos vamos este año? Yo diría que la Hermandad al completo, teníamos tantas ganas de hacer el camino de nuevo…, y caminamos sintiendo muy de cerca el cariño de nuestros hermanos de Pozuelo, que no han dejado ni un momento de pedir a Nuestra Madre, que te libre de tu sufrimiento.
Mira, viene gente nueva que no conocemos, son tus compañeros de hospital que al vernos soñar, también quieren hacerlo ellos y por un instante siquiera, sentirse libres de pandemia y volar cerca del cielo, mientras los ángeles de bata blanca cuidan de todos ellos.
Venga, aligera, que ya se acerca la noche y cobijando al Simpecado se reúnen los romeros para cantar sus plegarias a Nuestra Madre del Cielo, ”Dios te salve María, llena eres de gracia…” ¿Oyes la guitarra de Ángel? Pues afina tu voz y haz un esfuerzo, que bajo un cielo de estrellas, brotan las sevillanas con sentimiento.
Y así sin quererlo, amanece un nuevo día y entre risas y cantos caminamos de nuevo, y al ver el Rocío tan cerca algo se revuelve por dentro,… es Su Cercanía, es un Pentecostés nuevo. ¿Y ahora qué?
Pues recibamos al Espíritu Santo y que su Luz inunde nuestra vida. ¿Comprendes que si tenemos por dentro la fuerza del Espíritu Santo y te dejas llevar por Él, irradias por fuera lo que por dentro posees?
Nos toca ser Luz…
¡Vamos campeón, despierta! Que llega el Rocío de Pentecostés.
Chon La Moneda
Homenaje a N.H. Dña. Paz Guadaño
«Mi querida Paz,
El dolor de tu marcha, el no poder disfrutar de tu presencia, el no oír tus palabras siempre templadas y llenas de paz (que bien te puso el nombre tu madre), me acompañará durante mucho tiempo, pero me consuela saberte feliz atravesando nuevos senderos y conociendo a Aquél que más nos ama.
Me consta y así lo creo que estás feliz y como dice San Agustín, la muerte no es nada, es pasar al otro lado, así que te seguiré llamando por tu nombre, tú seguirás siendo tú, y yo seguiré siendo yo, seguiremos siendo amigas que ríen y rezan juntas y algún día volveremos a encontrarnos.
No solo yo te echo de menos, aquí te dejo un pequeño testimonio del amor que dejaste por esta tierra y de lo mucho que se te sigue queriendo en tu querida Hermandad de Pozuelo.
Amiga y hermana, goza de la Presencia del Padre e intercede ante Su Amantísima Madre la Virgen del Rocío para que nos proteja siempre a todos los hermanos.
¡Descansa en paz!»
«Nunca olvidaré en mi primer camino como Paz se quitó de su medalla su Blanca Paloma y me la puso en la mía… siempre la llevare en mis caminos y la recordaré con cariño.»
«No recuerdo cuando la conocí, pero sí una peregrinación extraordinaria en la que vi un chico joven encaramado no sé dónde haciéndonos fotos. Pregunté y me dijeron es Tete, el hijo de Paz.
Otro día alguien traía alimentos para la Hermandad y también pregunté: es la hija de Paz.
Después he tratado más con ella. Siempre atenta a lo que alguien podía necesitar, siempre dispuesta a ayudar. No era perfecta, no siempre recibía alabanzas, no siempre, pero ella seguía serena haciendo lo que creía que tenía que hacer.
Sí. La echo de menos.»
«Siempre estarás con nosotros, Paz»
«Querida Paz, sé dónde estás, no puede ser otro sitio: junto a su Hijo y con Ella.
Me has dejado el recuerdo de tu sonrisa amable, acogedora y cariñosa, y tu comentario siempre generoso y alentador. Te echaremos de menos en el camino.»
«Querida amiga Paz: te escribo en presente porque aún sigues conmigo. Echo de menos tu cariño, tu entrega y la amistad que siempre me has dado. Eres una gran mujer, amante de tu familia, amigos y con grandes valores. Una gran rociera, siempre con la Señora presente en tus actos y pensamientos. Sé que desde la Marismas del Cielo siempre estarás a mi lado.»
«Que decir de PAZ, una bellísima persona… una gran rociera. Todos los años regalaba a sus amigas una palomita con la fecha del año, yo tengo la del 2018 porque el 2019 no fui, pero ella estará con nosotros todos los años que vayamos al Rocío y seguro que nos ve desde las Marismas del Cielo.»
«Hasta siempre, Paz. Te fuiste hace poco y ya sé lo que es echarte de menos. Fuiste mi amiga, la hermana que nunca tuve, siempre estabas para todo y para todos. Irradiabas positividad, energía y luz. Aún en los peores momentos, siempre tenías fe y esperanza, que sabías transmitir como nadie. Te fuiste amiga, y de tí disfrutarán y aprenderán otros, tanto como hicimos nosotros. Hasta siempre, Paz. Hasta siempre, amiga. Un beso infinito de tu hermana Chon»
«Nuestra querida hermana, amiga Paz: No tenemos palabras suficientes para agradecerte lo que has hecho por nosotras desde el momento en que llegamos a la Hermandad. Tú fuiste la primera en recibirnos y en acogernos y desde ese instante estuvimos unidas. Siempre estabas ahí para orientarnos en todo lo que necesitábamos saber, siempre dispuesta.
No olvidaremos los Caminos, las Romerías y las Convivencias que hemos compartido contigo; seguimos teniendo el impulso de llamarte para charlar un ratito de todo lo que se presente. Te llevamos en nuestros corazones y sabemos que estas allí intercediendo ante Ella.»
«Hola Paz: quiero agradecerte con todo mi corazón, lo que he aprendido de tí a lo largo de esta amistad de más de 30 años que hemos vivido. Sé que me escucharás, pues estoy completamente seguro que estás allá arriba, en el cielo, al lado de Nuestra Señora que tú tanto querías.
Gracias por tu gran corazón lleno de amor por los demás, dispuesta siempre para ayudar a los que más lo necesitaban. Gracias por tus consejos y saber hacer, que tanto me han servido para ayudar a los demás.
Gracias por tu fortaleza para soportar todos los sufrimientos que has tenido en tu larga enfermedad. Gracias por tu alegría, gracias por tu humildad. Gracias por los buenos ratos que hemos pasado, nunca me cansaré de hacerlo, pues has sido un ejemplo para muchos.
Ahora solo te pido, que nos ayudes a ser auténticos hermanos, para estar unidos y caminar por los caminos del Rocío y de la vida, para así poder llegar a la Blanca Paloma, Reina de todos los corazones.
Gracias Paziña»
«Hola Pachi querida: Aquí estoy, no sé por dónde empezar para contarte y pedirte en pocas palabras, todo lo que siento. Te echo mucho de menos, muchísimo, nuestras llamadas, tus consejos, tu ayuda; ya sé que ahora estás mil veces mejor, pero aquí nos hacías falta; desde el Rocío del Cielo donde ahora estás, ya no agarrada a esos barrotes de esa reja suplicante, para aguantar mejor esa dura y dolorosa enfermedad, sino ya dentro, con la Señora.
Tanta amistad desde siempre, y ahora además fortalecida con la madurez que dan los años. No me acostumbro a pensar que ya no estás.
Amiga del alma, yo te guardo en mi corazón junto a Nuestra Señora del Rocío, pídela por todos nosotros y así, con tu ayuda desde el Cielo, seguirás ayudando a nuestra Hermandad a la que tanto le has hecho y tanto te quiere.
Doy gracias a la Hermandad por esta idea tan bonita que nos ha hecho poder sentirnos más unidos a todos.»
«Paz, te echo de menos amiga mía y me duele tu ausencia… te quiero, amiga.»
«Querida Paz, qué grande es el vacío que dejas en nuestra Hermandad y qué gran recuerdo queda en cada uno de nosotros. Siempre te agradeceré tu apoyo, tu generosidad y tu bondad.
Nos reconforta saber que te has ganado un lugar privilegiado al lado de Ella. Te llevamos en nuestros corazones.
Hasta siempre, hermana.»
«Paz, ejemplo de Fe y Fortaleza. Querida por todos. Nunca te olvidaremos. Gracias por el cariño y por cada detalle que has tenido con esta “familia”, como tú siempre decías.
Te guardamos en nuestro corazón.»
«Se amontonan en mi mente tantos bonitos recuerdos de mi relación amistosa con Paz, que no sé cuál elegir en esta ocasión. Quizá por encontrarnos tan cerca de la fecha de nuestra Romería me parece estar viéndola ofreciéndonos cintas recordatorio de la Romería que tan intensamente vivía, como preparación a la de Pentecostés.
Y en el pinar, repartiendo alegría, compartiendo cariño. Cuando volvamos a ese pinar voy a echa de menos esos ratos de sobremesa en los que era yo la que me acercaba a la suya con su marido, sus consuegros.
Retazos de mi sentir hacia ella…»
«Hoy, hay luto en mi alma y tristeza en mi corazón. Por tu partida amiga querida, pero mi consuelo es que algún día nos volvamos a encontrar y nos bailaremos una sevillanas. TE QUIERO»
«Paz, como buena rociera que eras, seguro estás ya con Ella en las marismas del Cielo. Descansa en paz.»
«Querida Paz, desde el cielo cuida a la Hermandad. Siempre te recordaré por tus ganas de vivir y tu sonrisa.»
«Que decir de una persona que tiene el mayor calificativo que se puede dar a una mujer “una gran señora”
Todavía no puedo imaginarme que no esté con nosotros, pues siempre la he tenido un gran cariño. Nunca he logrado percibir en ella un mal gesto hacia nadie y comprobé que siempre empatizaba con cada uno de nosotros y con nuestros problemas.
Se ofrecía para todo y no solo de palabra, rápidamente pasaba a la acción. Animada más que nadie y totalmente positiva con todos y con ella misma, pues hasta en sus últimos días nos hacía creer que lo iba a superar.
Es por esto que siempre la consideré “una gran rociera” y en toda la extensión de la palabra, “una gran señora”. Para nuestra Hermandad, tenerte entre nosotros ha sido un orgullo y estoy segura que allí donde estés nos guiarás por los caminos con gran optimismo.
Nos has dejado un gran legado a todos los rocieros que siempre te hemos admirado.»
«Lo que más destacaría de Paz era su vocación de servicio. Siempre estaba dispuesta a echar una mano, a colaborar, a hacer Hermandad. Nunca se ha quejado de nada y siempre tenía buena cara para todos. Ha sido un ejemplo y una persona muy cercana y cariñosa»
«Querida Paz, el tiempo no nos permitió despedirte como a todos nos hubiera gustado, aunque realmente no te has ido, sigues en el corazón de cada uno de nosotros.
Nos hiciste vivir un Rocío desde la Caridad, de ayuda a los demás y siempre sin pedir nada a cambio, siempre dispuesta a colaborar con una sonrisa.
Ahora, al lado de Nuestra Madre y del Pastorcito Divino tienes otra misión, cuidarás a tu familia, a los que les enseñaste a tener unos valores de ayuda a los demás y de colaboración, y seguirás protegiendo a tu querida Hermandad para que sigamos el camino que nos enseñaste. Gracias por todo.»
Hasta siempre, Paz
Conversaciones con una hermana
Si os digo que estoy charlando con Rafaela Marinas Nevado quizá no os suene el nombre, pero si os digo que Rafi me está cantando una sevillana seguro que sabéis a quién me refiero.
Rafi es una de las personas más buenas que yo he conocido. Es una persona que ha trabajado toda su vida por su familia; no lo ha tenido fácil pero es esposa, madre y abuela ejemplar, y una auténtica devota de la Virgen del Rocío.
Rafi se sabe muchas sevillanas, sobre todo de las antiguas de las que decimos “sevillanas de las de siempre” y le gusta cantar y lo hace bien, y además no se cansa nunca, hasta que el maldito virus del Covid19 le quebró la voz y todavía hoy sigue en proceso de recuperación.
Pero no nos adelantemos y seguimos hablando con ella para conocerla un poco más.
De padre castellano y madre andaluza, Rafi nació en Segovia pero desde los tres años vivió en Aracena con su abuela que fue la que le transmitió el amor a la Virgen del Rocío a través de sus canciones.
Y me empieza a contar su primer encuentro con la Virgen del Rocío con sus 15 años recién cumplidos y en una Ermita que no es la que todos conocemos, aunque la gente no se lo crea, y me cuenta como pudo estar presente cuando las vestidoras se pasaban las joyas de mano en mano para colocárselas a la Virgen y como la esperó dormida en un banco de la Ermita para verla salir por primera vez de madrugada, y su primer camino con la Hermandad de Valverde y su bautizo rociero con vino tinto…
Y me cuenta como quedó todo aquello interrumpido cuando vino a vivir a Pozuelo, hasta que la Hermandad del Rocío se cruzó en su camino, y me cuenta cómo fue su primera peregrinación, y como Carmen la escuchó cantar y la animó para que entrara en el coro al que pertenece desde entonces, y como han ido pasando los años, unos mejores que otros, entre romerías y peregrinaciones, pero siempre buscando el momento de encontrarse a solas con Ella y rezarle cantando, que es su mejor ofrenda.
Y me cuenta que para ella hay dos recuerdos imborrables, su primer Rocío con 15 años y el Rocío en el que junto a todos los hermanos de la Hermandad de Pozuelo cantó “Cumpleaños feliz” por sus 50 años, en el que tuve el privilegio de compartirlo con ella.
Y yo, con su permiso le cuento, que mi recuerdo está en tantos caminos recorridos juntas, agarradas las dos a la barra de promesas de nuestro Simpecado y escuchando las canciones que le enseñaba su abuela, sin fallarle la voz ni las fuerzas.
Me quedaría horas escuchándola y ella me dice que le llamaban Antoñita la fantástica por contar todas estas cosas pero le da igual, ella sabe muy bien lo que ha vivido y son sus recuerdos y, aunque también los hay malos, ella solo quiere acordarse de los buenos.
Rafi, amiga y hermana, pronto caminaremos juntas de nuevo, coge fuerzas y recupera pronto tu voz porque la Virgen espera, como cada año, que te arrodilles tras la reja y le cantes el amor que sientes por Ella.
¡Qué suerte tenerte como hermana de la Hermandad del Rocío de Pozuelo de Alarcón!
Chon La Moneda
Y llego la Primavera
¡Ha llegado la primavera! … y con ella comienzan, como cada año, los preparativos para un nuevo Pentecostés, para un Rocío de Esperanza.
Y mientras preparamos nuestro corazón, nuestra mente y nuestra alma para recibir al Espíritu Santo con el deseo de que ilumine nuestro caminar diario, aparcaremos un año más nuestros trajes, nuestros mantoncillos y nuestras flores y solo nos ceñiremos las cintas en nuestras muñecas y colgaremos tu Rostro en nuestro balcón para dar testimonio del amor que te profesamos a Ti, Madre, Reina y Pastora nuestra.
Porque así lo quieres Tú, Virgen del Rocío y tu Hijo el Pastorcito Divino, y nosotros aceptaremos vuestra Voluntad.

Jesús y Chon