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Simpecado

SIMPECADO DE LA HDAD. DE NTRA. SRA. DEL ROCIO DE POZUELO DE ALARCON

Simpecado 2

De aquí la palabra Simpecado que era la insignia que llevaban todas las Asociaciones Marianas en sus manifestaciones religiosas. Al convertirse en Hermandad Publica la asociación, se aprobó por los Hermanos hacer un nuevo Simpecado.
Al hacer el proyecto del nuevo Simpecado se acordó que tuviera el emblema de la Virgen, el Ave María incrustada, como forma de saludar a los Romeros cuando nos vean en el Rocío.
El nuevo Simpecado está inspirado en un Simpecado de Gloria del Siglo XVII, barroco y lleva como símbolo madrileño los madroños.
La Imagen del Simpecado de la Hermandad del Rocío de Pozuelo de Alarcón, reúne una serie de requisitos necesarios como son:
  • Es devocional, su rostro expresa ternura, belleza serena y alegría maternal.
  • Es parecida a la Imagen de la Virgen del Rocío de la ermita cuya representación se inspira en el Apocalipsis de San Juan: (Cap.12,3) “En esto apareció un gran prodigio en el cielo, una mujer vestida de Sol y Luna debajo de sus pies y en la cabeza una corona de doce estrellas”.
  • La imagen de la blanca Paloma reúne estos tres atributos: esta vestida de Sol por la ráfaga que la envuelve (hubo un tiempo en que esta ráfaga era de puntas, asemejándose aún más al vestido del sol) aparece coronada como reina de los cielos y se observa a sus pies la media Luna.
  • Es una representación muy peculiar de la Hermandad y por ello va enmarcada en el Rosario al igual que la medalla.
La Imagen del nuevo Simpecado está realizada en plata, las ráfagas, corona y media luna en dorado, la cara y manos de Nuestra. Señora. y la carita y manos del Pastorcito Divino en marfil, y todo ello sobre el fondo de terciopelo granate para hacer resaltar más su Imagen. Los adornos del alrededor del Rosario están bordados al igual que el resto del Simpecado.
El Simpecado actual de la Hermandad fue bordado en Gines por Ana María Pérez Camino y Francisco Javier Camino Hurtado. La confección del mismo corrió a cargo de la citada bordadora y de su madre, Carmen Camino Mora.
La bendición del mismo se produce el 31 de Octubre de 1.998, en la misa que preside don Fidel Herraiz Obispo auxiliar de la Diócesis de Madrid, y acompañado por Don Julián Ruano, entonces capellán de la Hermandad, y otros sacerdotes.
El acontecimiento fue de tal magnitud que para celebrar los actos de la bendición se levantó una gran carpa en el parking de la Iglesia de Santa María Magdalena de Humera, entonces parroquia donde estaba radicada la Hermandad.
Con anterioridad en 1997, el diseño inicial de la insignia fue concebido por Pilar Tarasco Rastrojo hermana de la Hermandad. En el proceso de ejecución realizado, se introdujeron algunos cambios respecto al dibujo original. La bordadora, Ana María Pérez Camino modifico el emblema de María que preside el Simpecado e incluyo la cenefa perimetral, inspirándose en la estética sevillana de la azulejería Mensaque y Rodríguez. Ello no hizo sino embellecer el estilizado y elegante conjunto, equilibrando, pues, la estética neobarroca del Simpecado de la Hermandad.
El esquema general presenta un estandarte mariano de los denominados popularmente de orejillas. Su morfología responde a la estructura tradicional de este tipo de piezas. A las habituales puntas inferiores, rematadas en sendos borlones de áurea flecadura de canutillo, acompaña una cabecera con penacho sobresaliente y pronunciado extremos angulares. Su dinámico perfil ofrece un interesante ritmo perimetral a base de pequeñas y ondeadas curvas, que acentúan la musicalidad del total resultante.
El Simpecado está bordado en recortes de tisú de oro, plata y sedas de colores sobre terciopelo burdeos. Se conjuga así una personal gama cromática, de sugerentes tonalidades. El burdeos, como se sabe tiene un carácter vinícola. Aludiendo al simbolismo eucarístico propio de la religión cristiana. Pero, además la energía y profundidad de este rojo simbolizan el amor, la sangre y el fuego; y, por esta razón, se suele vincular con el Espíritu Santo. Dichos recortes se disponen sobre muletón o fieltro para obtener el apetecido volumen de los mismos. Y se perfilan con hilo de plata, en concreto, muestra, canutillo mate, cordoncillo y hojilla. Dicho exorno se perfecciona con aplicaciones de argénteas lentejuelas.
El programa ornamental se compone en torno a un eje central de simetría. La reseñada cenefa perimetral, con rocallas decadentes, flanquea el Simpecado en ambos lados. Delgados tallos, pétalos, hojarasca carnosa y flores de gran refinamiento completan el lenguaje decorativo del presente estandarte. Este ornato floral, con independencia de su simbología particular, alude a las virtudes espirituales de la Virgen. Nuestra Señora del Rocío queda enmarcada por una orla, formada por “eses” invertidas y encontradas.
En este sentido, de dicho festón nacen sendos ramos de madroños, en tisú burdeos con aplicaciones de lentejuelas plateadas. Este arbusto de hojas perennes es de especial significación para los madrileños. Desde un punto de vista fonético, además se vincula con la capital de España.
La orla también incluye, debajo, el emblema de Pozuelo de Alarcón. Se ubica a los pies de María, como signo de la especial providencia de la Virgen con nuestro municipio.
En el centro como es preceptivo, se encuentra la Blanca Paloma de las marismas almonteñas. La Señora luce sus tradicionales galas de Reina. Y exhibe, además del cetro y el rostrillo, sus habituales atributos apocalípticos: corona de doce estrellas, ráfaga de puntas y media luna a sus plantas. Por su parte, el Niño Jesús, vestido a juego con su Madre, se muestra como soberano universal, con corona, cetro y globo terrestre, atributo propio del Salvatormundi.
El grupo materno filial queda enmarcado por un conjunto de bordados que dibujan el contorno de la medalla de la hermandad de Pozuelo de Alarcón. Dicha orla de recortes no se concibió en el proyecto primitivo. La idea inicial era colocar como núcleo del Simpecado, precisamente, una medalla de la corporación de gran tamaño. Esta, realizada en plata, es conservada por Mª Carmen Rodríguez Payan fundadora de la Hermandad y actualmente Presidenta de Honor. El conocido orfebre José Jiménez encargado de ubicar el emblema, considero imposible su ubicación. Debido a las dificultades técnicas y los cambios estéticos, se adquirió la actual efigie mariana al orfebre Antonio Santos Rodríguez-Campanario.
Así se explica la presencia del rosario junto a la Virgen del Rocío y el Divino Pastorcito, pues aparece representado en el escudo de la Hermandad. Sus misterios gozosos, dolorosos, gloriosos y luminosos aluden a la denominación de las meditaciones y plegarias referentes a la vida de Jesús y de María, tan favorecidas por los dominicos. El Simpecado queda rematado en el penacho con el conocido monograma mariano, realizado en tisú dorado.
El Simpecado se sustenta mediante una argéntea vara portaestandarte, rematada en una artística cruz. Este símbolo es el más totalizador y universal de cuantos existen. Evoca la pasión y la muerte de Jesucristo. Y, por tanto, es signo irrevocable de su sacrificio y misión salvífica. El asta, que sustituyó a la primitiva del citado orfebre José Jiménez, fue cincelada en el 2010 por Orfebrería Orovio de la Torre, en Torralba de Calatrava (Ciudad Real). Bajo su pieza bolleja o macolla se anuda el tradicional cordón de pasamanería, cuyas caídas se enlazan en los extremos de la cruceta. En sus cabos se embellece con sendos borlones de flecadura dorada de canutillo. En el reverso del Simpecado puede leerse: “POZUELO DE ALARCON”.
Del travesaño del mástil penden dos pocitos de plata a modo de campanillas, que evidentemente son una alusión a Pozuelo de Alarcón. Simbolizan, del mismo modo, el bautizo, la vida, y la resurrección. Y, son elogios bíblicos aplicados a la Virgen, ya que María, la Llena de Gracia, es el Puteusaquarumviventium, “Pozo de aguas vivas”. Tan bella letanía lauretana se funda en el salmo que dice: “Pues en ti está fuente de la vida, y por tu luz vemos la luz”.